CAÓTICA ESTAMBUL

Dia 1 después de Estambul: Escribo aún cansado, medio cabreado por los retrasos de IBERIA y resfriado por la cambiante meteorología....Una semana en la capital otomana es el tiempo suficiente para absorber y tomar casi como rutina el estilo de vida turco, y las sensaciones vividas son muchas (buenas y malas) lo primero que hay que tener en cuenta y no hay que obviar es que Estambul es una ciudad muy turística y orientada para el guiri de turno, pero uno después de unos días sabe evitar todos los tópicos e intentar mezclarse como un estambulita más y permanecer casi invisible...lógico en una ciudad de 15 millones de habitantes.



Estambul es caótica, aunque sus medios de transporte son muy eficaces: Metro, tranvías, transbordadores para cruzar los numerosos muelles, autobuses marítimos, funiculares, teleféricos...todo ello haciendo uso del Akbil una especie de llavero-pin magnético para fichar en los tornos a 1,40 YTL (0,70 Centimos)es imprescindible moverse en transporte público y olvidarse de los autobuses de línea y taxis por completo, el tráfico es imposible y los taxistas son equiparables a Takuma Sato con dos copas de más, coche tuneado, llantas de aleación y música electrónica turca a toda leche.




Estambul huele a especias, sudor y cera y sus habitantes tienen esa particularidad de ser europeos y musulmanes que los hace tan especiales, sobre todo en la gente joven y universitaria se nota su forma de vestir más occidental tipo H&M aunque hay de todo como es lógico, desde chicas con el burka hasta emos y rockeros paseando por Isklital Cadessi que viene a ser como si la calle Preciados fuese 3 Km. más larga y aquí es donde en torno a esta zona de Beyöglu en lo alto de la colina donde Estambul bulle de día y noche...tiendas de firmas internacionales, franquicias, discotecas, bares, restaurantes desembocando en la emblemática plaza Taksim centro neurálgico de la Estambul más moderna y cosmopolita....



Siguiendo con la crónica de Estambul y su agitada vida nocturna me llamó la atención de que muchos locales nocturnos no eran locales en sí sino pisos acondicionados para ello, me resultó curioso...subir hasta un 3º por el ascensor y es que como si te metieras en una fiesta o botellón ajeno (me recordó a una fiesta donde nos colamos en Gante)



Volviendo a la vida diurna: Que decir de la mítica Basílica de Santa Sofía que casi entró como una las nuevas 7 maravillas del mundo? Impresiona más por dentro que por fuera la verdad aunque está muy reventada la pobre. La mezquita azul es imponente, a uno le entra el síndrome de Stendhal, el Palacio de Topkapi requiere más de 3 horas para disfrutar de semejante joya de la arquitectura con su harem incluido...el Hipódromo,la cisterna de la basílica y el agotador Museo Arqueológico completan el recorrido de la zona de Sultanahmet corazón turístico de la ciudad y entorno de postal...



Más indispensables: El crucero por el Estrecho del Bósforo, los barrios griegos y judíos de Fener y Balat respectivamente, la subida en teleférico al café de Pierre Lotti y tomar algo en su mirador con las mejores vistas al Cuerno de Oro y rodeado por el cementerio musulmán que se extiende por toda la colina, el Gran Bazar laberintico y agobiante...loque se quedó en el tintero ha sido ver el baile-oración de los derviches y una visita a los Hamman (baños turcos)



Más cosas: No se nos pasó ver el Madrid-Atleti en el Pub inglés plagado de gente de todas las nacionalidades viendo el fútbol en sus diversas TV (Fútbol, lenguaje universal), comer sardinas asadas en el muelle de Eminonü servidas desde las barcas, beber té de manzana y fumar pipas de agua en las tetería...viendo pasar la vida, compartir gustos cinéfilos con los camareros,engañarnos cobrandonos 10 Euros por un Kebab que nos tuvimos que hacer nosotros mismos (no se le puede decir a un camarero: - danos de comer que tenemos más hambre que una espuerta de perretes chicos- porque te la meté doblá.. , conocer a mochileros armenios y catalanes y salir con ellos un Sábado noche, los gatos esos habitantes presentes en todos los rincones de la ciudad, perder la gorra en el museo arqueológico, romper la cámara de fotos, perder el mp3 en el avión.....cagarte en tó....en fin, un caos....como Estambul se merece.


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